A mi me robaste la vida
y a tu madre , el sueño también;
Al olivo novel le robaste los ojos
y la sonrisa del Tabo que rujia;
De la costura de la guitarra,
así terminan tus cabellos
comienzan de trigo y giran
en su contra y revuelven las mañanas;
Mi pequeña,
mi ladrona,
mi oreja perdida en tus sueños,
mi cielo es tuyo
y todo lo debajo te los robas;
Del piano sacaste tus diez cuerdas
y diez perlas guían tu caminar;
De fresa besa tu boca en capullo
y dejas el botón para tomarte
de la espalda
que caprichosa se repite y la atraviesa
a Ella salpicada en el pecho también...
Te robaste las mañanas
y me duermes la vida
con cada vida que dan
tus días
mi ladrona.
